Cuando nos referimos al tema “maltrato a la mujer”, con
frecuencia la primera imagen e idea que se nos viene a la cabeza es sólo la agresión física, obviando muchas veces otras
manifestaciones iguales de dañinas como es la discriminación y la agresión
sexual o psicológica.
Analizando las causas que detonan este problema tenemos: la
discriminación; el modelo patriarcal y las relaciones de poder; todas ellas
evocan comportamientos antiéticos e inmorales por parte del opresor. Quizás el
génesis de este dilema ético radica en la desigualdad de género, porque es a
partir de este momento que nace el menosprecio y la discriminación que a su vez
genera las agresiones físicas y psicológicas por parte de un supuesto género
superior (masculino) frente a uno inferior y débil (femenino).
Tomado de :http://es.slideshare.net/darknesspremier/maltrato-a-la-mujer-2-13142996 |
Son muchos los comportamientos y actitudes que son
manifestaciones directas de maltrato a la mujer como son: la intimidación,
manipulación, amenazas, humillación, aislamiento, restricciones, limitación de
recursos básicos; todas ellas atentando contra la salud mental de las féminas y
en el fortalecimiento de la baja autoestima. A esto le podemos sumar la trata
de mujeres; abuso a las trabajadoras domésticas; explotación laboral; violencia
simbólica o cosificación con burlas; mutilación genital; secuestro; exclusión sexual
por embarazo o menopausia; mujer como botín en conflictos armados, etc.
Lastimosamente muchos de estos actos vandálicos e inhumanos
de sumisión y tortura están soportados y justificados por la cultura, las
tradiciones y la religión; debido a que muchas de sus prácticas denigrantes de
la mujer son socioculturalmente aceptadas bajo el machismo cada vez más
fortalecido por una inadecuada formación y educación en valores desde la niñez.
Es triste ver en nuestro alrededor todas las manifestaciones
de violencia; y cómo las cifras de
feminicidios alarman las estadísticas, se convierten en un riesgo de salud
pública, toda una pandemia social; pero los gobiernos no fortalecen sus leyes con actos tendientes a prevenir, sancionar y
erradicar; y más bien se dedican a ocultar una sangrienta realidad y hacerse
cómplices de la impunidad.
Tomado de: https://www.youtube.com/watch?v=N-XaKf8d-uM |
Como vemos, todos éstos comportamientos que se cometen o
justifican van en contra no sólo de los Derechos Humanos fundamentales del ser;
sino de las normas que limitan los actos dentro de lo que se debe hacer o es
socialmente aceptado como correcto o adecuado; es por ello que el maltrato a la
mujer es un dilema ético de prioridad gubernamental y social que debe
atenderse; debido a que ignorarlo o cotejarlos nos hace tan violentos como sus
actores directos.